En Córdoba se está construyendo una usina eléctrica. La licitación de estas obras fue poco transparente: la empresa Siemens, en sociedad con Electroingeniería, con un presupuesto muy superior al oficial, fueron los únicos oferentes. Aun así se quedaron con un contrato de 1700 millones de pesos. Por Lázaro LLorensEl año pasado, la multinacional alemana Siemens reconoció ante la SEC (Securities and Exchange Commision) haber pagado millonarias coimas a funcionarios argentinos durante los años 1998 y 2007 para obtener jugosas licitaciones públicas. Según su descargo, destinó 105 millones de dólares, mediante empresas consultoras, a comprar voluntades, que luego eran declarados como "gastos de consultoría" o "gastos legales". Por su delictivo accionar, también utilizado en Venezuela y Bangaladesh, Siemens deberá desembolsar unos 800 millones de dólares, para no ser expulsada de la Bolsa de Nueva York.
En Argentina, con allanamientos del edificio incluido, el juez federal Ariel Lijo, paralelamente está investigando a Siemens y su política del soborno. Bajo la lupa están funcionarios del gobierno de Menem, De la Rúa y Duhalde por la licitación para digitalizar los DNI. También funcionarios K. Concretamente, a raíz de una denuncia presentada por el abogado Ricardo Monner Sans, el juez Lijo investiga los multimillonarios contratos que obtuvo Siemens, junto a la empresa cordobesa Electroingeniería, durante el gobierno de Néstor Kirchner, para construir tres usinas eléctricas. Donde una de ellas, con sobreprecios millonarios, está siendo financiada con recursos del Anses.
Según se expone en la causa, dos usinas fueron adjudicadas por el gobierno nacional a Siemens & Electroingeniería en el 2006. Ese año, la empresa alemana teniendo como subcontratista a Electroingeniería, con la oferta económica mas cara, ganó la licitación para construir las central de Los Timbúes (Santa Fe) y Campana (Pica de Buenos Aires). El costo de cada una rondaban los 500 millones de dólares. Sin embargo, luego de firmado el contrato, el gobierno de Kirchner le otorgó otros 500 millones de dólares más, por un servicio de mantenimiento. Ese pago extra fue inusual. Las máquinas de las centrales eléctricas, al ser de uso industrial, vienen con una garantía de funcionamiento de miles de horas de trabajo. Esa garantía es gratuita y está cargo del fabricante. Pero en este caso el gobierno lo hizo rentado, y así justificó el envío de millones de dólares a favor de Siemens & Electroingeniería.
Usinas de irregularidadesLa otra usina que se adjudicó la multinacional alemana y Electroingeniería, que también está bajo la mirada de la justicia, fue la usina “Pilar”. Ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba, cuya construcción está siendo financiada con recursos del ANSES. Su licitación, realizada durante el 2007, estuvo envuelta en un mar de irregularidades y denuncias.
Como primer punto, quien se adjudicó el contrato fueron Electroingeniería y la consultora española Sener S.A., quienes a su vez subcontrataron a Siemens para que le suministre las turbinas. Este llamativo enroqué, donde quien proveía lo sustancial de las obras -las turbinas- terminó como subcontratista de quien proveía lo secundario -obra civil-, tiene su explicación. Por ese entonces, unos 300 ejecutivos de Siemens estaban siendo investigados por la justicia alemana, por su indebido arte de coimear para obtener contratos. Entre estos se destacaba Uriel Saherf. Ex director Siemens para América Latina y responsable del área energética a nivel mundial. Expulsado de Siemens, sospechado de haber pagado sobornos a funcionarios de distintos gobiernos de Argentina, incluso a funcionarios del gobierno de Néstor Kirchner. Saherf, se reunió en varia oportunidades con el ministro Julio De Vido. Incluso, el año pasado, cunado la presidenta Cristina Kirchner visitó Alemania, el ex ejecutivo de Siemens la invitó a recorrer la imponente planta que esta empresa tiene en Berlín. Allí le dijo a la presidenta “le aseguro (las turbinas) son las de mejor calidad del mundo”.
Otro de los puntos oscuros de la licitación, es el precio por el cual se le adjudicaron la usina a Electroingeniería y su subcontratista Siemens, únicas empresas oferentes. Las obras consistían en la construcción “llave en mano” de una central de ciclo combinado de 465 MW, equipada con dos turbinas de gas, una de vapor y una caldera de recuperación. Por estos trabajos, según el contrato firmado a comienzos de este año, Electroingeniería & Siemens cotizaron 537 millones de dólares (1720 millones de pesos). A razón de 1156 dólares el KW
Su cotización, a simple vista, estaba por encima de cualquier precio de referencia. Un dato elocuente: en las usinas de los Timbúes y Campana, también de ciclo combinado, Siemens & Electroingeniería habían cotizado entre 640 y 690 dólares el KW instalado. Sin embargo, pocos meses después, en la usina de Córdoba cotizaron 1.156 dólares el KW. Es decir entre un 60 y un 74% más caro, que sus propios presupuestos. En números, estos presuntos sobreprecios, implicó que la multinacional alemana y la empresa cordobesas, cobraran unos 220 millones de dólares más, de lo que en realidad debían cobrar. (Ver recuadro ¿Sobreprecios?)
700 dólares el KW era el precio de referencia. Así lo reconoció una alta fuente de EPEC (Empresa Provincial de Energía de Córdoba) antes de abrir los sobres con las ofertas, quien manifestó que ese era el precio estándar internacional para una central de ciclo combinado, y el que ellos estaban manejando para la usina Pilar. La misma cifra arrojó Electroingeniería. Su vocero, Carlos Bergoglio, explicó que para la licitación de Córdoba su empresa estaba manejando un presupuesto similar al de las usinas de Timbúes y Campana, “que rondaba los 750 dólares el KW”. Pero luego su empresa cotizó un 60% más caro en dólares.
Al tomar estado público, a fines del 2007, el multimillonario contrato por el cual Electroingeniería & Siemens se estaban por quedar con la construcción de la usina Pilar, el legislador provincial por la UCR Miguel Nicolas denunció, ante el diario La Mañana de Córdoba que esta obra tenía “uno de los sobreprecios más escandalosos de la historia de Córdoba, de Argentina y quizás del mundo”. Y al respecto, junto con toda la bancada radical, presentó en la legislatura dos pedidos de informes que nunca tuvieron respuesta.
¿Licitación o contratación directa?Otra serie de anomalías envolvieron la licitación de la usina eléctrica de Córdoba. Una de estas fue la gran diferencia de precios que hubo entre el presupuesto oficial del llamado a licitación, y el precio final con el cual se terminó adjudicando las obras.
En abril del 2007, con un presupuesto de 647 millones de pesos, el gobierno de Córdoba hizo el primer llamado a licitación. Su objeto era la “Repotenciación Central Gobernador Arturo Zanichelli Pilar Provincia de Córdoba”. A los pocos meses, tras una serie de postergaciones e impugnaciones, EPEC hizo otro llamado con el mismo objeto, pero con un presupuesto que trepaba a los 1.441 millones de pesos. Finalmente en enero de este año, el gobierno le terminó adjudicando las obras a Electroingeniería por una cotización que alcanzaba los 1720 millones de pesos. Un 25% más que el presupuesto oficial del segundo llamado a licitación; y un 147% más que el de la primera.
A lo anterior se le añade que el aviso publicitario con el cual el gobierno efectuó el llamado a licitación, era de un tamaño ridículo por lo diminuto, casi ilegible. Fue publicado en el diario La Voz del Interior. Tenía un tamaño de 4 x 3 centímetros, similar al de un aviso clasificado. Su dimensión no correspondía para nada con las millonarias cifras en juego. “Lo primero que me llamó la atención fue el tamaño del aviso publicitario publicado en la Voz del Interior, con el cual el gobierno hizo público el llamado a licitación. Su tamaño era tan pequeño que el texto no se podía leer y tuve que ampliarlo para poder hacerlo” comentó al respecto el ingeniero Néstor Borrello, ex gerente de Producción de EPEC.
A juzgar por los hechos, el gobierno y EPEC, con su aviso publicitario, lo que menos querían era atraer ofertas. Y eso fue lo que pasó. La única empresa que hizo una oferta económica, y que finalmente surgió como ganadora, fue Electroingeniería & Siemens.
Y siguieron las anomalías. A fines del 2007, en el mismo momento en que el gobierno de la provincia de Córdoba estaba por adjudicarle las obras a Electroingeniería & Siemens, la legislatura provincial controlada por el PJ, modificó el estatuto de EPEC, permitiendo que puedan acceder a la presidencia de esa empresa, personas sin título de ingeniero. Gracias a esa modificación, cuestionada por toda la oposición y el Colegio de Ingenieros de Córdoba, el ultra peronista Daniel Alberto Bonetto, ex intendente de Monte Maíz, de profesión “perito mercantil” puedo asumir la presidencia de EPEC.
Tras su nombramiento, el 21 febrero del 2008, con la presencia del ministro De Vido, de Daniel Bonetto, del presidente de Electroingeniería Osvaldo Acosta, y del gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, se firmó el millonario contrato con Electroingeniería & Siemens.
En un principio, la construcción de la usina estuvo aletargada, debido al enfriamiento de las relaciones entre la Casa Rosada y el gobierno cordobés, suscitada por el conflicto con el campo. Sin embargo, en la primera reunión que mantuvieron Schiaretti y Cristina Kirchner, luego del conflicto, lo primero que acordaron fue el envío de 300 millones de dólares para la usina Pilar. La presidenta autorizó el envío de esos millonarios fondos mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia 1472/08, que lleva la firma de todo su gabinete, incluido la de su ministro De Vido. Los fondos provienen del ANSES, cuyo el titular, Amado Boudou dijo “nosotros consideramos muy importante el préstamo de 300 millones de dólares, para la Central Pilar”.